En Roma, beata María Elisabet Hesselbald, virgen, la cual, oriunda de Suecia, después de varios años de trabajar en un hospital restauró la Orden de Santa Brígida, notable por su solicitud hacia la contemplación, la caridad para con los necesitados y la unidad de los cristianos.
En Comonte, de Bérgamo, en la Lombardía, beata Paula Elisabet (Constancia) Cerioli, la cual, después de enviudar, fundó el Instituto Bergomense de la Sagrada Familia, para la educación de los niños analfabetos y huérfanos.
En el lugar de Kharsk, cerca de Tomsk, en la región rusa de Siberia, beata Lorenza (Leocadia) Harasymiv, virgen de la Congregación de las Hermanas de San José, que, subyugada su patria por los perseguidores de la fe, fue conducida a un campo de concentración, donde a la pureza de vida añadió la constancia de la fe en una muerte gloriosa.