En Laon, de la Galia, san Cagnoaldo, obispo, discípulo de san Columbano y único ministro ayudante en el eremo cerca de Briançon (c. 632).
En Noaria, de Sicilia, san Hugo, abad, que, enviado por san Bernardo de Claraval, estableció la Orden cisterciense allí mismo y en Calabria.