En Verdún, también en la Galia, san Santino, obispo, que, según se cree, fue el primero en predicar el Evangelio en esta ciudad (s. IV).
En la localidad de Arco, en la región de Trento, en Italia, beato Adelpreto, obispo, valeroso tutor de pobres y defensor de la libertad de la Iglesia, que, acechado por los enemigos, murió cruelmente herido.
San Sarbelio (José) Makhluf, presbítero de la Orden de los Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad y para alcanzar la más alta perfección, dejó el cenobio de Annaya, en el Líbano, y se retiró al desierto, en el que sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando.