En la misma ciudad, beata Virginia Centurione Bracelli, viuda, la cual, dedicándose al servicio del Señor, socorrió de muchas maneras a los pobres, ayudó a las iglesias rurales y fundó y rigió las Matronas Auxiliares de la Misericordia.
En Gniezno, en Polonia, beata Iolanda, abadesa, la cual, a la muerte de Boleslao el Piadoso, su esposo, abandonando todos los bienes temporales, y junto con su hijo, profesó como monja de la Orden de Santa Clara.