Memoria de san Francisco, el cual, después de una juventud des preocupada, se convirtió a la vida evangélica en Asís, localidad de la Umbría, encontrando a Cristo sobre todo en los pobres y necesitados, haciéndose pobre él mismo e instituyendo a los Hermanos Menores. Viajando predicó el amor de Dios a todos y llegó incluso a Tierra Santa, mostrando con sus palabras y actitudes su deseo de seguir a Cristo, escogiendo morir recostado sobre la nuda tierra.
Celebran hoy: Cesc, Fran, Francesco, Francisco, Franco, Françoise, Francy, Frank, Franz, Kiko, Packo, Paco, Pacu, Pako, Paquito, Siscu, Txesk, Xesc, Xisco, Xisco.
Ver másNació en 1506 en la localidad navarra de Javier (España). De familia pudiente, cursó sus estudios en la novedosa universidad de París. Allí coincidió con Íñigo de Loyola, quien minará el ánimo estudiantil de Javier para convencerle finalmente de la temporalidad de los bienes terrenales ("Javier, de qué te sirve ganar el mundo si pierdes tu alma") y de la ingente labor que quedaba para hacer llegar el menaje de Cristo a todos los pueblos. De arrolladora energía, trabaja en la fundación de la Compañía de Jesús (los Jesuitas) e inicia una incansable labor de evangelización. Su periplo le llevará por medio mundo, desde el cabo de Buena Esperanza hasta La India o El Japón, dejando profundas huellas en todas las ciudades que pisó. Deseoso de seguir difundiendo el mensaje de Jesús, muere a las puertas de China tal día como hoy en 1552. Es patrón de las misiones y de la Comunidad Foral de Navarra.
Celebran hoy: Francisco Javier, Javier, Javiera, Xabi, Xabier, Xavi, Xavier, Xaviera, Xavy, Xevi.
Ver másEn Roma, san Francisco de Borja, presbítero, que, muerta su mujer, con quien había tenido ocho hijos, ingresó en la Compañía de Jesús y, pese a que abdicó de las dignidades del mundo y recusó las de la Iglesia, fue elegido prepósito general, siendo memorable por su austeridad de vida y oración.
Celebran hoy: Borja.
Ver másSan Francisco de Paula, ermitaño, fundador de la Orden de los Mínimos en Calabria, prescribiendo a sus discípulos que viviesen de limosnas, no teniendo propiedad ni manipulando dinero, y que utilizasen sólo alimentos cuaresmales. Llamado a Francia por el rey Luis XI, le asistió en el lecho de muerte, y célebre por la austeridad de vida, murió a su vez en Plessis-les-Tours, junto a Tours.
Ver másEs el patrono de los periodistas. Fue un escritor nacido en el año 1567 en Saboya que buscaba la transmisión de la verdad evangélica. Durante su infancia su madre le narraba el Catecismo y a los 14 años ingresó en la Universidad de París. Destacó en retórica y filosofía, se entregó al estudio de Teología y se consagró a Dios. A los 24 años obtuvo el Doctorado en Leyes y en 1593 fue ordenado sacerdote. Predicó por muchas ciudades y participó en la reconquista del Chablais. En esta ardua tarea comenzó su carrera de escritor elaborando una serie de panfletos de la Doctrina de la Iglesia. Gracias a su labor el número de conversiones aumentó y restableció la fe Católica en la provincia. Ocupó el cargo de Obispo de Ginebra durante 21 años y murió en 1622. Su última palabra fue el nombre de Jesús.
Ver másEn el pueblo La Louvesc, cerca de Anency, en Francia, san Juan Francisco Regis, presbítero de la Compañía de Jesús, el cual, peregrinando por los montes y aldeas, procuró sin descanso la renovación de la fe católica en las almas de los habitantes por la predicación y la celebración del sacramento de la penitencia.
Ver másEn la ciudad de An-Hoa, en Annam, san Francisco Tran Van Trung, mártir, que, siendo soldado, resistió enérgicamente las propuestas de apostatar de la fe cristiana, por lo cual el emperador Tu Duc le hizo degollar.
En Nápoles, ciudad de la Campania, en Italia, san Francisco Xavier María Bianchi, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de San Pablo, el cual, dotado de carismas místicos, convirtió a muchos a una vida según la gracia del Evangelio.
En Agnone, del Abruzo, san Francisco Caracciolo, presbítero, fundador de la Congregación de Clérigos Regulares Menores, que amó de modo admirable a Dios y al próximo.
En Seúl, de Corea, san Francisco Ch‘oe Kyong-hwam, mártir, que en calidad de catequista, no queriendo renegar de su fe cristiana ante el prefecto, padeció la cárcel dedicado a la oración y a la catequesis hasta consumar su vida con el martirio.
En Nápoles, de la Campania, san Francisco de Jerónimo, presbítero de la Compañía de Jesús, que se dedicó a predicar misiones populares y al servicio pastoral de los marginados.
En la ciudad de Fu’an, en la provincia de Fujian, en China, san Francisco Fernández de Capillas, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, el cual anunció el nombre de Cristo primero en las Islas Filipinas y después en Fujian, donde, bajo la persecución de los tártaros, fue encarcelado por largo tiempo y finalmente degollado.
En la ciudad de Nam Dinh, en Tonquín, santos Domingo Henares, obispo de la Orden de Predicadores, y Francisco Do Minh Chieu, mártires, el primero de los cuales propagó la fe cristiana durante cuarenta y nueve años, y el segundo trabajó con él como catequista, siendo ambos degollados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang.
En Génova, de la región de la Liguria, san Francisco María de Camporosso, religioso de la Orden de Hermanos Menores Capuchinos, que fue eximio por su caridad para con los pobres y por su entrega al bien y salvación de sus vecinos enfermos, haciéndose ofrenda como víctima de la peste arrasadora.
En la ciudad de Uchangfou, en la provincia de Hupei, en China, san Francisco Régis Clet, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que durante treinta años, y en medio de grandes dificultades, anunció el Evangelio, pero, denunciado por un apóstata, después de una larga cautividad fue estrangulado por su condición de cristiano.
En Córdoba, en España, beato Francisco de Posadas, presbítero de la Orden de Predicadores, que durante cuarenta años predicó a Cristo en su región, sobresaliendo por su humildad y caridad.
En Lima, capital del Perú, san Francisco Solano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que para salvar almas recorrió en todas las direcciones América Meridional, enseñando con palabras y con milagros a los indios y a los mismos colonizadores españoles la novedad de la vida cristiana.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En el lugar de Aljustrel, cerca de Fátima, en Portugal, beato Francisco Marto, que, consumido por una enfermedad siendo todavía niño, brilló por la suavidad de costumbres, la perseverancia en los sufrimientos y en la fe, y también por la asiduidad en la oración.
En el litoral de Francia, cerca de Rochefort, en una nave anclada en el mar, beato Francisco Mayaudon, presbítero y mártir, que encarcelado en tiempo de la Revolución Francesa, por ser sacerdote, en un barco-prisión, murió al fin consumido por agotamiento físico.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Nagasaki, en Japón, beatos mártires Francisco Pacheco, presbítero, con ocho compañeros de la Compañía de Jesús, que fueron todos quemados vivos por odio a la fe. Estos son los nombres: Baltasar de Torres y Juan Bautista Zola, presbíteros; Pedro Rinsei, Vicente Kaun, Juan Kisaku, Pablo Kinsuke, Miguel Tozo y Gaspar Sadamatsu, religiosos.
En Siena, de la Toscana, beato Francisco Patrizi, presbítero de la Orden de los Siervos de María, que con admirable celo se entregó a la predicación, la dirección espiritual y el ministerio de la penitencia.
En Gdansk, ciudad de Polonia, beato Francisco Rogaczewski, presbítero y mártir, que fue fusilado durante la ocupación de Polonia por un régimen contrario a Dios.
En Teulada, cerca de la ciudad de Alicante, también en España, beato Francisco Sendra Ivars, presbítero, martirizado por la fe en la misma persecución religiosa.
En Rivolta d’Adda, en la región de Crema, en Italia, beato Francisco Spinelli, presbítero, que, a pesar de vejaciones y dificultades persistentes, soportadas con paciencia, fundó y dirigió una congregación de hermanas dedicadas a la adoración del Santísimo Sacramento.
En Kalisz, en Polonia, beato Francisco Stryjas, mártir, que durante la persecución, pasando por terribles tormentos, voló triunfador al encuentro del Señor.
En Dublín, ciudad de Irlanda, tránsito del beato Francisco Taylor, mártir, el cual, siendo padre de familia, pasó siete años en la cárcel por razón de su fe católica, y después de soportar tribulaciones y ancianidad, terminó su martirio bajo el reinado de Jacobo I.
En Madrid, en España, beato Francisco Tomás Serer, presbítero de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores y mártir, que en la persecución mereció derramar su sangre por Cristo.
En Fabriano, del Piceno, en Italia, beato Francisco Venimbeni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, eximio predicador de la Palabra de Dios.
En monte Granario, en el Piceno, de Italia, beato Francisco Zanfredini, popularmente Cecchi de Pésaro, de la Orden Tercera de San Francisco, que, después de haber empleado todos sus bienes entre los pobres, se retiró a un lugar solitario que había preparado y fue ejemplo admirable de penitencia, oración y buenas obras durante casi cincuenta años (c. 1350).
En la localidad de Híjar, cerca de Teruel, en España, beato Francisco Monzón Romeo, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, durante la misma persecución, confirmó con la propia sangre su fidelidad para con el Señor.
En Valdemoro, cerca de Madrid, en España, beato Francisco Arias Martín, presbítero y mártir, que siendo novicio en la Orden de San Juan de Dios, en corto tiempo, durante la persecución religiosa recorrió el camino de la perfección.
En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Baviera, de Alemania, beato Francisco Dachtera, presbítero y mártir. Polaco de nacionalidad, en tiempo de guerra, destrozado por las atrocidades realizadas por los médicos sin consideración alguna a la dignidad humana, murió por Cristo.
En Tarragona, en España, beato Francisco de Jesús, María y José Palau y Quer, presbítero de la Orden de Carmelitas Descalzos, que en el ministerio soportó graves persecuciones y, acusado falsamente, fue relegado a la isla de Ibiza y abandonado por todos.
En Quebec, en el dominio de Canadá, beato Francisco de Montmorency Laval, obispo, quien estableció su sede episcopal en aquella ciudad y desde allí, durante casi cincuenta años, se dedicó con todas sus fuerzas a confirmar y acrecentar la Iglesia en aquella vasta región de América del Norte, llegando incluso hasta el golfo de México.
En Nagasaki, en Japón, beatos Francisco de Santa María, presbítero de la orden de los Hermanos Menores, y sus catorce compañeros, mártires, que por orden del gobernador de la ciudad sufrieron el martirio en odio al nombre cristiano. Sus nombres: Beatos Bartolomé Laurel y Antonio de San Francisco, religiosos de la Orden de los Hermanos Menores; Gaspar Vaz y María, esposos; Magdalena Kiyota, viuda; Cayo Jiyemon, Francisca, Francisco Kurobioye, Luis Matsuo Soyemon, Martín Gómez, Tomás Wo Jinyemon, Lucas Kiyemon y Miguel Kizayemon.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Turín, en el Piamonte, beato Francisco Faá di Bruno, presbítero, que unió la ciencia de las matemáticas y de la física con la práctica de las obras de caridad.
En Vic, de Cataluña, en España, beato Francisco Coll, presbítero de la Orden de Predicadores, que, al ser injustamente exclaustrado, prosiguió su firme vocación y anunció por toda la región el nombre del Señor Jesucristo.
En Anjou, en Francia, beato Francisco Chartier, presbítero y mártir, que durente la Revolución Francesa fue decapitado por ser sacerdote.
En Lérida, en España, beato Francisco de Paula Castelló i Aleu, mártir, que, condenado en la referida persecución religiosa, arrostró la muerte con ánimo apacible y gran fortaleza.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En la ciudad de Castellón, beato Francisco (Francesc) Careceller, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías y mártir, que, en tiempo de persecución, por ser sacerdote fue llevado al glorioso martirio.
En la aldea de Híjar, cerca de Teruel, en España, beato Francisco Calvo Burillo, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, en el furor creciente de la persecución contra la fe, padeció el martirio.
En Barcelona, en España, beato Francisco Bandrés Sánchez, presbítero de la Sociedad Salesiana y mártir, que, en tiempo de la misma persecución, confirmó con su sangre su fidelidad al Señor.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Bilbao, ciudad del País Vasco, en España, beato Francisco Gárate Aranguren, religioso de la Compañía de Jesús, que se santificó practicando la humildad en el ejercicio de portero durante cuarenta y dos años.
Frente a Rochefort, en el litoral de Francia, beato Francisco Hunot, presbítero y mártir, que, por su condición de sacerdote, durante la persecución contra la Iglesia fue encarcelado en una vieja nave anclada, muriendo víctima de las fiebres.
En la localidad llamada Llosa de Ranes, de Valencia, también en España, beato Francisco Ibáñez Ibáñez, presbítero y mártir, que en el furor de la persecución contra la fe, acabó su vida unido a Cristo hasta la muerte.
En York, en Inglaterra, beato Francisco Ingleby, presbítero y mártir, alumno del Colegio de los Ingleses de Reims, que por haber ejercitado el sacerdocio en su patria fue condenado a muerte durante el reinado de Isabel I.
En la localidad de Sant Feliu de Codines, en la provincia de Barcelona, en España, beato Francisco Javier Ponsa Casallarch, religioso de la Orden de San Juan de Dios y mártir, que llegó a la gloriosa palma del martirio por Cristo y la Iglesia en la cruel persecución religiosa.
En Nueva Orleans, de Luisiana, en los Estados Unidos de Norteamérica, beato Francisco Javier Seelos, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, que, oriundo de Baviera, atendió con todo celo a las necesidades de niños, jóvenes y emigrantes.
(Francisco Mallo Sánchez) Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Siena, de la Toscana, beato Francisco Lippi, ermitaño de la Orden de los Carmelitas, célebre por la austeridad de su vida.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
(Antonio Tost Llavería) Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Nápoles, en la región de la Campania, san Gil (o Egidio) María de San José (Francisco) Pontillo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que por las calles de la ciudad pedía humildemente cada día limosna al pueblo, al cual consolaba con sus palabras.
Junto a la fortaleza Xa Doai, en Tonquín, san Pedro Francisco Nerón, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, en tiempo del emperador Tu Duc, vivió tres meses encerrado en una cueva estrechísima, donde, herido atrozmente con varas, se abstuvo durante tres semanas de todo alimento y consumó su martirio al ser finalmente decapitado.
Junto al río Uruaçu, cerca de Natal, en Brasil, beatos Ambrosio Francisco Ferro, presbítero, y compañeros, mártires, que dieron la vida víctimas de la opresión que se desencadenó contra la fe católica. Sus nombres son: beatos Antonio Baracho, Antonio Vilela Cid, Antonio Vilela hijo y su hija, Diego Pereira, Manuel Rodrigues Moura y su esposa, hija de Francisco Dias hijo, Francisco de Bastos, Francisco Mendes Pereira, Juan da Silveira, Juan Lostau Navarro, Juan Martins y siete jóvenes, José do Porto, Mateo Moreira, Simón Correia, Esteban Machado de Miranda y dos hijas suyas, Vicente de Souza Pereira.
En el mar ante Rochefort, en Francia, beato Juan Francisco Jarriges de la Morelie du Breuil, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa, cuando la persecución contra la Iglesia se hacía sentir más intensa, fue encerrado en una vieja nave destinada al trasporte de esclavos, en la que murió tísico.
(Colóm González) Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En una nave anclada frente a Rochefort, en la costa francesa, beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel, presbíteros y mártires. Uno era monje de la Congregación Benedictina de san Mauro, y el otro, prior de la abadía de la Trapa, de la Orden Cisterciense. Ambos, retenidos de manera inhumana durante la Revolución Francesa, consumaron el martirio agotados por la enfermedad.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En la ciudad de Caen, en Francia, beato Pedro Francisco Jamet, presbítero, que se distinguió por su ayuda a la religiosas Hijas del Buen Pastor y por su trabajo para la restitución de la paz a la Iglesia, después de un tiempo de inestabilidad.
Cerca de Assergi, en la región de los vestinos, san Franco, eremita, quien se construyó una celda en una cueva entre montes abruptos, llevando una vida áspera y sencilla (s. XII).
En Arvernia, en Aquitania, san Gilberto, abad de la Orden Premonstratense, quien, después de haber vivido como eremita, fundó el monasterio y el hospital de Neufontaines.
En Angers, en Francia, beato Jacobo Laigneau de Langellerie, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa fue degollado por ser sacerdote.
En la ciudad de Wuchang, de la provincia Hubei, en China, san Juan Gabriel Perboyre, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que, dedicado a la predicación del Evangelio según costumbre del lugar, durante una persecución sufrió prolongada cárcel, siendo atormentado y, al fin, colgado en una cruz y estrangulado.
En Tuy, de Galicia, en España, beato Pedro González, llamado vulgarmente "Telmo", presbítero de la Orden de Predicadores, que trató de ser tan humilde como antes había deseado la gloria, entregándose a ayudar a los más humildes, sobre todo a marineros y pescadores.
En Siena, en la Toscana, beato Ambrosio Sansedonio, presbítero de la Orden de Predicadores, que fue discípulo de san Alberto Magno, y aunque eximio en doctrina y predicación, se mostró al mismo tiempo sencillo para con todos.
En el monasterio de Grandselve, en la región de Toulouse, en Francia, beato Bertrando, abad, que para restablecer la disciplina regular unió su monasterio a la Orden Cisterciense.
Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Simat de Valldigna, de la región de Valencia, en España, beato Juan Gonga Martínez, mártir, que dio su vida por Cristo en la cruel persecución contra la fe.
En Spoleto, en la Umbría, beato Leopoldo de Gaiche, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, que estableció el santuario de Monte Luco.
(Arenas) Mártir de la persecución religiosa en España entre 1934 y 1937. Beatificado junto con otros 497 mártires el 28 de octubre de 2007 en Roma.
En Coblenza, en Alemania, beato Pedro Friedhofen, religioso, que desempeñando el oficio de caminero, fundó después la Congregación de Hermanos de la Misericordia de María Auxiliadora, a causa de la cual sufrió plácidamente